El consentimiento es el principal requisito de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD). Lo que la LOPD viene a decir de forma muy resumida es que los datos personales son propiedad de cada persona física y sólo pueden ser usados por otro con su permiso, el consentimiento, definido de esta forma en la ley:
Es por eso que a la hora de recoger datos de carácter personal, cualquier soporte ha de acompañarse de una leyenda informativa en la que se identifica al responsable del fichero, se especifican los derechos que asisten al interesado y cómo ejercerlos, y en especial se indican los fines específicos para los cuales se recaban dichos datos.
Hasta aquí tenemos el requisito legal de una ley de rango orgánico con un régimen sancionador elevado, lo que ya es en sí misma razón suficiente para cumplirlo, pero además veámoslo a la luz de este dato: en la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que trató el tema de la privacidad, el 74,1% de los encuestados afirmaron sentirse mucho o bastante preocupados por el uso de sus datos personales cuando los dejan en manos de empresas, lo cual, en lenguaje empresarial quiere decir que el 74,1% de sus clientes están preocupados por el asunto ¿no es una tendencia del mercado lo suficientemente significativa como para tomarla en consideración?
Por lo tanto, y pese a que la LOPD admite ciertas excepciones a la necesidad del consentimiento y por tanto a la inclusión de la leyenda correspondiente, si nos centramos en los beneficios que desde el punto de vista de la imagen puede dar a la empresa, el consejo es claro: ponga la leyenda siempre y en todos los documentos con datos: albaranes, facturas, cartas, faxes, correos electrónicos, etc. (ojo, la leyenda puede necesitar leves cambios en función del medio utilizado). El respeto a esta norma significa que su empresa le está diciendo a cada nuevo contacto desde el minuto inicial: "con nosotros no tiene que preocuparse, esta empresa cumple las leyes de privacidad y sus datos estarán seguros en todo momento".
Un consejo extra: si los espacios en formularios o los sitios Web lo permiten, imprima la leyenda correspondiente en letra normal. La "letra pequeña" arrastra una mala imagen de esconder las "trampas" de los contratos. Su empresa cumple con la ley y protege los derechos de sus clientes, así que dígaselo siempre. Y en letras grandes.
Artículo 3 h) Consentimiento del interesado: toda manifestación de voluntad, libre, inequívoca, específica e informada, mediante la que el interesado consienta el tratamiento de datos personales que le conciernen.
Es por eso que a la hora de recoger datos de carácter personal, cualquier soporte ha de acompañarse de una leyenda informativa en la que se identifica al responsable del fichero, se especifican los derechos que asisten al interesado y cómo ejercerlos, y en especial se indican los fines específicos para los cuales se recaban dichos datos.
Hasta aquí tenemos el requisito legal de una ley de rango orgánico con un régimen sancionador elevado, lo que ya es en sí misma razón suficiente para cumplirlo, pero además veámoslo a la luz de este dato: en la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que trató el tema de la privacidad, el 74,1% de los encuestados afirmaron sentirse mucho o bastante preocupados por el uso de sus datos personales cuando los dejan en manos de empresas, lo cual, en lenguaje empresarial quiere decir que el 74,1% de sus clientes están preocupados por el asunto ¿no es una tendencia del mercado lo suficientemente significativa como para tomarla en consideración?
Por lo tanto, y pese a que la LOPD admite ciertas excepciones a la necesidad del consentimiento y por tanto a la inclusión de la leyenda correspondiente, si nos centramos en los beneficios que desde el punto de vista de la imagen puede dar a la empresa, el consejo es claro: ponga la leyenda siempre y en todos los documentos con datos: albaranes, facturas, cartas, faxes, correos electrónicos, etc. (ojo, la leyenda puede necesitar leves cambios en función del medio utilizado). El respeto a esta norma significa que su empresa le está diciendo a cada nuevo contacto desde el minuto inicial: "con nosotros no tiene que preocuparse, esta empresa cumple las leyes de privacidad y sus datos estarán seguros en todo momento".
Un consejo extra: si los espacios en formularios o los sitios Web lo permiten, imprima la leyenda correspondiente en letra normal. La "letra pequeña" arrastra una mala imagen de esconder las "trampas" de los contratos. Su empresa cumple con la ley y protege los derechos de sus clientes, así que dígaselo siempre. Y en letras grandes.