Angustia cultural (y consumismo)

Durante décadas, los especialistas en marketing (y los políticos) han estado trabajando para amplificar la angustia cultural, un truco en nuestras emociones.


No es la trágica angustia emocional de no poder cuidar a tus hijos, encontrar un lugar para vivir o lidiar con un trauma, sino la angustia cultural inventada de las sociedades industrializadas modernas.

Esta es la vergüenza creada fácilmente por no tener un traje nuevo para usar en la fiesta en el jardín, o tener que usar un modelo antiguo de teléfono inteligente en lugar del nuevo. Es la insatisfacción de saber que hay algo 'mejor' disponible, y el descontento inventado que surge de la presión de los compañeros de ser excluido o rezagado.

O podría ser la vergüenza social que proviene de no tener una presencia lo suficientemente grande en las redes sociales, o la fomo que puede crear ver a otras personas presentando nada más que felicidad en línea.

Puede amplificarse con una especie de nostalgia por los tiempos en que todo era perfecto, o ansiedad por un futuro cuando imaginamos que no tendremos suficiente.

El miedo a este tipo de angustia cultural nos empuja simplemente a gastar dinero para evitarlo. Es más fácil perder los ahorros y la tranquilidad de toda una vida debido a los cuidados al final de la vida que simplemente redactar un testamento en vida. Es más fácil ceder a las tácticas de alta presión de un corredor de bienes raíces que mirar de frente a los sentimientos de que en realidad no obtendrá esta casa en particular. Hacer un presupuesto es difícil, pagar por no hacerlo es fácil.

Resulta que vender una forma fácil y conveniente de evitar el dolor social es una fórmula casi ilimitada para el crecimiento corporativo. Y así, las personas con muchos recursos siguen siendo infelices, porque sucumben a las narrativas inventadas sobre la angustia cultural y luego, una vez que compran algo para evitarlo, descubren que todavía está allí.

Los corredores de maratón no se quejan del cansancio, porque cansarse es un componente necesario de una carrera bien ejecutada. Y los seres humanos siempre van a encontrar momentos de angustia cultural, y depende de cada uno de nosotros decidir qué intercambiar (a corto y largo plazo) para enfrentarlo. Tal vez tenga sentido simplemente reconocer que está presente.